La fortuna nos ha regalado, como bienvenida en este nuestro primer invierno en nuestra nueva vida, uno de los años más nevados que se recuerdan, por aquí… y por allá. Y nos ha dado la posibilidad de disfrutar de la nieve y su magia silenciosa, de largos paseos por nuestro collado con los pies desaparecidos bajo el manto blanco, dejando huellas allí donde ninguna había.
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Era imposible no salir cámara en mano e intentar captar algo del precioso paisaje que nos envolvía, aún en medio de la nevada que persistía calladamente. Os dejamos algunas imágenes…
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Es duro sentir la impotencia de no poder captar ni una mínima parte de las sensaciones que nos asaltaban al pasear bajo este paisaje, toda la grandeza, la soledad, el silencio, con un cielo tan blanco que todo podría haber sido un enorme decorado de teatro. Y es cuando comienzas a procesar las imágenes que se te hacen ciertas las historias de hadas y piensas que algo le pasó a la cámara, que lo que viste, lo que sentiste en ese mundo mágico no está reflejado en esas pobres imágenes sin sustancia… pero es que eso, el ser capaz de captar la magia de las cosas, está reservado a los grandes y no a los meros aficionados.
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Os mostramos algunos de esos frustrados intentos con la esperanza de que os hagan llegar al menos algo de la magia, el silencio y la belleza que respirábamos. Las imágenes están optimizadas para ser vistan en monitores TFT o LCD (pantallas planas) si las veis en OCR (monitores normales) pueden parecer más contrastadas de lo normal.
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(Cada miniatura da acceso a una imagen, pero están montadas en forma de galería, si pincháis a la primera podréis navegar por toda la galería a través de las flechas que aparecen en el margen de cada imagen cuando se muestran en grande.)
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Un saludo a todos.