Hay ocasiones en las que, al afrontar los procesos de trabajo y la relación con los clientes, se llega a sentir una gran frustración, por la forma en que los demás entienden nuestra labor profesional y por cómo se pide, se plantea o se valora esta labor. En esas ocasiones es frecuente que se asuman erróneamente las culpas por haber realizado un mal planteamiento inicial, por no haber explicado bien el proceso de producción o cualquier otro absurdo motivo.
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Se podría discutir, si en estos casos, es mejor o peor descubrir que ese tipo de problemas está más que generalizado en nuestra profesión, pero a nosotros nos ayuda saber que hay más gente que pasa por los mismos problemas y situaciones que nosotros… mal de muchos?
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Este vídeo fue todo un descubrimiento.
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